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Áreas de Necesidad

Hay cuatro áreas amplias de necesidades educativas especiales, estas son: 

  • Comunicación e Interacción (por ejemplo: Condición del Espectro Autista y aquellos con Necesidades de Habla, Lenguaje y Comunicación)

  • Cognición y Aprendizaje (por ejemplo: Dificultades de Aprendizaje Específicas, Dificultades de Aprendizaje Moderadas, Dificultades de Aprendizaje Severas y Dificultades de Aprendizaje Profundas y Múltiples)

  • Dificultades sociales, emocionales y de salud mental (por ejemplo: necesidad emocional, social o de salud mental que está afectando su capacidad de aprender)

  • Dificultades sensoriales y/o físicas (por ejemplo: discapacidad auditiva, discapacidad visual, discapacidad multisensorial y dificultades físicas)

Aquí hay información adicional sobre cada área amplia de necesidad:

Comunicación e interacción

Los niños y jóvenes con NEE pueden tener dificultades en una o más de las áreas de su habla, lenguaje y comunicación (SLCN). Estos niños y jóvenes necesitan ayuda para desarrollar su competencia lingüística con el fin de apoyar su pensamiento, así como sus habilidades de comunicación. Las dificultades específicas de aprendizaje (SpLD), como la dislexia o una discapacidad física o sensorial, como la pérdida de la audición, también pueden provocar dificultades de comunicación.  

Aquellos con necesidades de SLCN cubren todo el rango de habilidades. Les resulta más difícil comunicarse con los demás y pueden tener problemas para participar en conversaciones, ya sea porque les cuesta entender lo que dicen los demás o porque tienen dificultades con la fluidez y la formación de sonidos, palabras y oraciones. Puede ser que cuando escuchan o ven una palabra no son capaces de entender su significado, lo que lleva a que las palabras se usen incorrectamente dentro o fuera de contexto y el niño tenga un vocabulario más reducido. Puede ser una combinación de estos problemas. Para algunos niños y jóvenes, las dificultades pueden volverse cada vez más evidentes a medida que el lenguaje que necesitan entender y usar se vuelve más complejo.  

Los niños y jóvenes con un Trastorno del Espectro Autista (TEA), incluido el Síndrome de Asperger y el Autismo, tienen dificultad para entender el mundo de la misma manera que lo hacen los demás. Pueden tener dificultades con la comunicación, la interacción social y la imaginación. Además, pueden distraerse o molestarse fácilmente con ciertos estímulos, tener problemas para cambiar las rutinas familiares o tener dificultades con la coordinación y las funciones motoras finas.

Cognición y aprendizaje

Los niños y jóvenes con dificultades de aprendizaje aprenderán a un ritmo más lento que otros niños y pueden tener mayores dificultades que sus compañeros para adquirir habilidades básicas o comprender conceptos, incluso con la diferenciación adecuada. También pueden tener otras dificultades, como retrasos en el habla y el lenguaje, baja autoestima, bajos niveles de concentración y habilidades sociales poco desarrolladas.  

Los niños y jóvenes con dificultades de aprendizaje tienen un mayor riesgo de desarrollar un problema de salud mental. Es posible que necesiten apoyo adicional con su desarrollo social, autoestima y bienestar emocional.  

Los niños con dificultades de aprendizaje moderadas (MLD) pueden tener dificultades que resulten en logros escolares por debajo de los niveles esperados en muchas áreas del currículo, a pesar del apoyo adicional.  Los niños y jóvenes con dificultades de aprendizaje severas (SLD) tienen deficiencias intelectuales o cognitivas significativas y es probable que necesiten apoyo en todas las áreas del plan de estudios. Pueden tener dificultades en la movilidad y la coordinación, la comunicación y la percepción, y la adquisición de habilidades de autoayuda. Es probable que los niños y jóvenes con SLD necesiten apoyo para ser independientes. Las personas con dificultades de aprendizaje profundas y múltiples (PMLD, por sus siglas en inglés) tienen dificultades de aprendizaje graves y complejas, así como otras dificultades significativas, como una discapacidad física o sensorial. Es probable que necesiten estimulación sensorial y un plan de estudios dividido en pasos muy pequeños. Estos niños y jóvenes requieren un alto nivel de apoyo de los adultos, tanto para sus necesidades educativas como para su cuidado personal.  

Un niño o joven con una Dificultad Específica de Aprendizaje (SpLD) puede tener dificultades con uno o más aspectos del aprendizaje. Esto incluye una variedad de condiciones como la dislexia (dificultades con la lectura y la ortografía); discalculia (matemáticas); dispraxia (coordinación) y disgrafía (escritura).

Salud Social, Emocional y Mental (SEMH)

 Para algunos niños, las dificultades en su desarrollo emocional y social pueden significar que requieren una provisión adicional y diferente para poder lograrlo. Los niños y jóvenes que tienen dificultades con su desarrollo emocional y social pueden tener habilidades sociales inmaduras y les resulta difícil entablar y mantener relaciones saludables. Estas dificultades pueden mostrarse cuando el niño se retrae o se aísla de sus compañeros, así como a través de un comportamiento desafiante, disruptivo o perturbador.  

Una amplia gama de problemas de salud mental puede requerir la adopción de medidas especiales. Estos pueden manifestarse como dificultades tales como problemas de estado de ánimo (ansiedad o depresión), problemas de conducta (problemas de oposición y problemas de conducta más graves, incluida la agresión), autolesiones o síntomas físicos que no tienen explicación médica. Algunos niños y jóvenes pueden tener otros trastornos reconocidos, como el trastorno por déficit de atención (TDA), el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno de apego, el autismo o un trastorno de ansiedad.

Necesidades sensoriales y/o físicas

Hay una amplia gama de dificultades sensoriales y físicas que afectan a los niños en todo el rango de habilidades.  Muchos niños y jóvenes requieren pequeñas adaptaciones al currículo, a su programa de estudio o al entorno físico. Muchas de estas adaptaciones pueden ser necesarias como ajustes razonables en virtud de la Ley de Igualdad de 2010.  

Los niños y jóvenes con discapacidad visual (VI) o discapacidad auditiva (HI) pueden necesitar apoyo y equipo especializado para acceder a su aprendizaje. Los niños y jóvenes con Discapacidad Multisensorial (DME) tienen una combinación de dificultades visuales y auditivas, lo que les dificulta mucho más acceder al currículo o programa de estudio que aquellos con una sola discapacidad sensorial. Algunos niños y jóvenes con discapacidad física (DP) requieren apoyo y equipo adicional continuo para acceder a todas las oportunidades disponibles para sus pares.

Aquí hay algunos sitios web y recursos adicionales para apoyar el aprendizaje:

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